Los exiliados: Fines y Reinicios de la Tierra 2 (libro completo)
Queridos lectores, mi segunda de ciencia ficción, denominada Los exiliados: Fines y reinicios de la Tierra 2 estará disponible su lectura completa a partir del día de hoy.
I
La última vez que César pasó por una situación así fue para ser rescatado por ustedes. Ahora lo tienen parcialmente a salvo, sin saber exactamente cómo será al despertar. Unirá sus recuerdos pasados con los presentes, pero esa reconstrucción lo podría convertir en alguien diferente al que conocieron. ¿Mentes en colisiones o mente unificada? Recién en ese momento Lena podrá usar sus habilidades para controlarlo. Un caos programado o una victoria absoluta.
En el automóvil reposa una batería que alcanzará un par de días más, incluso con la alimentación a Juvy; pero no se puede decir lo mismo de las provisiones que tienen para sobrevivir. Es solo un viaje de ida.
Durante las primeras horas de la tarde el camino es graciosamente cruzado. Carreteras de asfalto y breves momentos para descansar, en los que el automóvil pasa de tonalidades blancas al plomo. Un color anodino, elegido desganada o aleatoriamente. Renuevan sus máscaras para saltear los controles en función de los algoritmos. Vuestra compañera digital es eficiente para tomar decisiones. Empero, la noche no es igual de generosa.
Aunque las luces encendidas no marcan ninguna irregularidad al frente, las llantas comienzan a moverse fuera de la tierra. Se elevan. Juvy detiene el motor y ese acto les permite descender del aire. Se perciben dos presencias y la androide toma la iniciativa. Baja del vehículo con las manos levemente levantadas.
– Buenas noches. ¿Todo bien?
– Buenas noches, Juvy. ¿Se puede saber qué haces aquí y dónde está Marty? -pregunta enérgicamente el primer agente.
– Justamente me estoy dirigiendo a una reunión con él. No tienen nada qué temer.
– ¡Mientes! -grita el segundo agente- ajustando telepáticamente las articulaciones de la androide.- ¡Sé que la tortura no te hará decir la verdad; pero igual te haré sentir dolor!
– Lástima que no pueda sentir dolor, estimado Ben Azor. -contesta la androide.- Además, si me destruyes tendrás que justificarlo en tu reporte.
Ben deja de estrujar a Juvy, pero mantiene la parálisis.
– ¿Quién está dentro? ¿Estás llevando al ex agente? -interroga el primer agente.
– El protocolo actual es eliminarlo, ¿no es cierto? Si es el caso, no tengo razones para llevarlo. -contesta evasivamente la androide.
– Entonces, ¿lo eliminas tú o lo hacemos nosotros? -intuye el primer agente.
Esas palabras son combustible para ustedes. Intercambian el miedo por la ira. Daniel mira a los dos desde la penumbra. ¿El telépata o el listo? Sin el telépata, el listo está perdido a merced de Juvy. Tomas una vida, pero decidiste bien. La conductora neutraliza al primer agente sin matarlo.
– Continuemos, Daniel
Arrancan justo cuando llega un segundo auto. Luces pasan por el techo del vehículo y rompen una luna. Juvy tiene un brazo atravesado por el láser y salen chispas de él.
– No es nada.
Daniel lanza un destello que llega a la pista. El vehículo que los persigue entierra una llanta. Han ganado preciosos segundos.
Más adelante ven cuatro faros. Dos autos en sentido contrario. Daniel dispara contra uno y Lena usa el rayo láser contra otro. Esta vez el precio que pagaron fueron los espejos retrovisores. El auto vuelve a ser blanco por el cortocircuito.
Quince minutos más tarde otro auto los sigue. No hay disparos, pero comienzan a sentirse aletargados. Juvy no siente nada y acelera. Daniel y Evelyn disparan hacia atrás. Les devuelven los disparos, atravesando las primeras capas de pintura y el resto de las lunas. De pronto, todo se oscurece y lo único que se mueve es vuestro auto y la magullada conductora.
II
- Hey, Evelyn. ¿Estás bien? ¿Ya despertaste?
- Sí. Estoy bien, mamá. -respondió la muchacha.
- Bien, hijita -respondió la extraña.- Estarás mejor.
La madre de Evelyn nunca la llamó “hijita”. Por eso, su sobresalto se acompañó de otros más por la voz y el rostro de una mujer que nunca había visto.
- ¿Ya despertaste? Ahora sí podrás ser de utilidad -continúa la extraña.- Ven conmigo.
A unos metros estaban el automóvil de César y otro parecido. La mujer desconocida estaba revisando los circuitos de Juvy. Lena y Daniel estaban preparando el desayuno.
- Ayúdame con esto -continúa la extraña.- Cuando terminemos te cuento todo.
- ¿Dónde estamos?
- A salvo, al menos por unas horas. Este sitio está con un dispositivo de sombras que emulan el paisaje. También me tomé el trabajo de colocar unos drones para limpiar los rastros de los vehículos. Pero lo más importante es que soy una amiga de César. Una amiga de ustedes.
- ¿Cómo podemos estar seguros?
- Porque fue Juvy quien me avaló. Ella sabe leer intenciones y además nos conocemos de antes. Mi nombre es Diana Fallon.
- Encantada, Diana. ¿Eres una agente?
- ¿Tan mala soy ocultándolo? -dijo sonriendo.- En verdad, debí llegar antes, pero no fue hasta que decretaron que César debía ser ejecutado que logré infiltrarme. Tienen casi veinte agentes en busca de ustedes y ochenta que se dirigen a la colonia de sobrevivientes. Parece que es un mal momento para ir por esa ruta.
- Pero tenemos que llegar allí -interrumpió Lena.- Si van ochenta agentes, todos ellos corren peligro.
- No lo creo. Si son sobrevivientes es por una buena razón. Además, no podrán hacer nada hasta que César despierte.
- Pero sí pudimos vencer a ocho agentes -replicó la psíquica.- Y lo sabes.
- Sí. Con su androide dañada y un auto que ya no sirve. Si se enfrentaban a esos ocho agentes a la vez no hubiesen tenido oportunidad… Ahora mismo, Juvy no está en su mejor forma y sospecho que ella fue quien hizo la mayor parte.
Lena miró torvamente a la agente. Sin su control mental ni entrenamiento de agente, se encontraba en una total desventaja. Sentía que su autoridad frente a todo el equipo se diluía.
- Quiero pedirte que nos lleves con los sobrevivientes. Solo ellos pueden ayudarnos.
- Y yo quiero pedirte que confíes en mí. O en todo caso en César… Después de todo, él te escogió a ti.
La mirada de Lena cambió completamente. No solo le habían dado una declaración de paz, sino también de armonía por parte de la agente. Comenzó a razonar con más calma.
- Bien. Acepto que César es un genio y saca lo mejor de todos, pero numéricamente seguimos en desventaja. Y apenas se está recuperando de su herida…
- ¿Se está recuperando?
- Sí. Hoy por la mañana le apliqué la última dosis.
Diana saltó como una gacela directamente a la puerta trasera de su auto donde descansaba el ex agente. Descubrió la solapa de su camisa y encontró una cicatriz completamente seca. Luego, con más calma, volvió a cubrir el pecho de su antiguo jefe.
- ¡Esto es perfecto! -exclamó.
- Sí. También me alegra por él -respondió Lena.
- ¡No, Lena! ¡Me alegro por todos nosotros!
- Temo que no comprendo.
- ¿No sabes cuál es la habilidad de César?
Aunque la pequeña mujer había visitado su mente y recibido rastros de información, sintió cierta duda… César envejece despacio, también aprende todo sumamente rápido y percibe las emociones ajenas. De las tres condiciones, la más extraña es la última.
- Percibe emociones ajenas.
- ¡No, Lena! ¡Esa no es su habilidad original! ¡Esa fue la primera que aprendió! ¡Por eso es que no se la arrebataron con su memoria!
Lena pasó de la tranquilidad al estupor. Si lo han mandado matar con veinte agentes es porque debe tener algo mucho más valioso o peligroso de lo que se imaginaba.
- ¿Puede alguien aprender habilidades?
- Sí se puede; pero solo se conoce un caso en el mundo… Y es tu esposo. Y todos los que intentaron replicar artificialmente esa habilidad terminaron mal. Sin embargo, alguien selló esa habilidad junto con varios pasajes de su memoria. Entiendo que cuando despierte podrá hacerlo nuevamente.
- Pero, ¿cómo pudieron borrarle la memoria?
- Por esa herida. César necesitaba que manipulen su mente para aletargar sus funciones vitales. De lo contrario, hubiese muerto desangrado. Como consecuencia, comenzó a envejecer mucho más despacio.
- Pero hicieron algo más…
- Sí. Para cuando despertó, había perdido la mayor parte de su poder, su conocimiento de la estructura gubernamental y la mayor parte de su pasado en la época de reconstrucción. Sin embargo, fue tras la pista correcta: una cura para su herida. Debe ser por eso que han querido recapturarlo… ¡Por lo que puede hacer!
La preocupación de Lena sobre el futuro de César y el de todos ellos comenzó a disiparse. Diana tenía mucha confianza en él y esa información resultaba más que valiosa.
- En verdad, tú también eres de los nuestros. -concluyó la psíquica.- Eres del tipo que tiene cosas que perder.
El rostro delgado y vivaz de Diana se iluminó con ternura. No estaba acostumbrada a recibir elogios y menos de una mujer más joven que ella. O tal vez pudo recordar a César diciéndole algo parecido en algún momento de ese pasado reconstruido.
III
- ¡Allí están!
- ¡Cierren el perímetro!
- ¡Andando!
Seis agentes de distinto talante rodean el cañón donde se encuentra el automóvil del ex agente. Lanzan una bomba lacrimógena y se deslizan con máscaras para reconocer el sitio. Allí aparece el automóvil detenido con la imagen calórica de cinco individuos, los cuales son bombardeados con armas de contusión. Quieren matar al blanco dentro de su propio vehículo. Así podría evaluarse como un accidente por desbarrancamiento.
- ¡Alto!
Se acercan unos pasos más y el humo disipado por los drones revela el auto magullado y los cinco individuos en la misma postura: eran hologramas con proyección de temperatura.
Dos de los agentes van comunicando los hechos. Solo habían destruído el automóvil, sin encontrar rastros de sus ocupantes.
Encima de ellos aparecen otros individuos con máscaras. Lanzan granadas desde arriba y disparan a quemarropa. Los agentes solo derriban a dos de ellos antes de perder la vida. El desierto genera un estruendo fácilmente perceptible por quienes iban a ser originalmente las presas.
- ¡Están cerca! -gritó Evelyn.
Diana guarda silencio. En realidad no necesita que su “hijita” o nadie más se lo diga. Sabe la ubicación de todos los que están detrás y cuántos han dejado de existir. De hecho, su habilidad le permite detectar presencias a dos kilómetros de distancia. El único problema podría ser un cerco que supere esa distancia. De hecho, es parte del plan que los agentes decidieron cuando percibieron su ausencia. Allí van los esfuerzos de un nuevo escuadrón de agentes.
- Detente, Diana -dice una voz estruendosa.
- ¡No te detengas! Pasaremos como la vez anterior. -ordena Lena, todavía sin poder utilizar sus dones.
Diana acelera el paso. Sabe que la primera voz es intimidante y que se acomoda a la personalidad de su locutor. Empero, ese no es el problema: están rodeados no solo por agentes, sino por muchas piedras estratégicamente colocadas para impedir el paso. Cada una perfectamente alineada para que el automóvil no pueda pasar.
- ¿Cómo lo hicieron? -exclama Daniel.
- Hay agentes que pueden realizar tareas como estas. Son pocos. Y si están aquí debes notarlo y apuntar, Daniel. No temas. Es peor si nos rendimos.
Todo el equipo sale despacio. Juvy también recibió la alerta de Lena. Están en el diálogo previo a la lucha.
- Sabes lo que queremos, Diana. Entrégalo y todo será mejor para ti y los demás. -dice la voz estruendosa.
- ¡Qué ingenuo eres, Víbora Fría! -responde la mujer-. Te he escuchado ese discursito cientos de veces y sé cómo termina.
- Bien, Diana. Si sabes cómo termina, entonces nunca más dirás ese sobrenombre.
- Error, Víbora. ¡Nunca más tendrás que escucharlo!
Empieza el fuego cruzado. La agente veterana despliega diez drones defensivos que repelen la mayor parte de la fatalidad para ellos o su protegido. Daniel se arroja al suelo e intensifica su poder indiscriminadamente. Lena manipula todos los protocolos defensivos de Juvy. Las estrategias de la androide funciona mejor con órdenes que con comandos propios. El patrón de disparos de Evelyn es más lento, pero hacen un buen distractor. Un agente cae bajo el precio de dos drones. Una Juvy lastimada en sus extremidades lucha con un humano que le iguala en fuerza. Un Daniel recibe una quemadura en su brazo y otra ráfaga pasa muy cerca de sus ojos. La agente equipa sus últimos drones con explosivos y los hace avanzar hacia los agresores. A cambio, un olor a quemado le dice que su muslo estará inutilizado por un buen tiempo.
Un dron cae antes de llegar a su destino. Juvy entiende la estrategia y abandona la lucha con el agente, desobedeciendo a Lena
- ¡Juvy! ¿Qué haces?
- Cumpliendo mi misión, Lena -responde la androide-. Es lo que mi creador me hubiese pedido.
Y entonces Lena ve cómo la rapidez de Juvy la lleva a recibir los disparos del resto de agentes. Se convierte en escudo para que los drones avancen. La piel sintética se convierte en metal chamuscado. La forma sutil de responder de la androide revela entrañas metálicas que poco a poco van perdiendo consistencia y se convierten en materia residual.
- ¡Juvy!
Lena trata de recordar ese momento en su mente, pero las explosiones individuales llegan a su objetivo y ciegan a todo el equipo. Luego todo se convierte en silencio.
IV
- ¿Terminó todo? -pregunta Daniel.
- Parece que sí -responde la psíquica.
Diana sonríe por un momento, recogida en un dolor que estima controlable. Sin embargo, su faz se torna sombría en medio de las pequeñas arrugas de su frente.
- Me temo que no, chicos. Vienen más y no los conozco.
Lena voltea a ver el equipo y contempla a una agente que ha agotado todos sus recursos, a un Daniel medianamente herido y una Evelyn agotada de miedo y tensión. Casi puede comenzar a sentir una pequeña luz de ideas en el desaliento ajeno, como un atisbo de la inminente recuperación de sus poderes. ¡Si tan solo tuvieran más tiempo!
V
Cuando amas a alguien el tiempo no existe. Los cuerpos envejecen y caen; pero el amor los renueva en la sequedad de la materia. La caridad consuela el dolor por lo que se va. La entrega de uno mismo abre puertas que no se pueden abrir con la fuerza, la inteligencia o la sabiduría. Gracias a ello, no necesitamos planes, solo verdades que se van abriendo poco a poco y que llegan a este momento.
Por eso, aunque he vengado sus muertes, me queda una esperanza gracias a una persona que siempre aparece en el momento más oportuno. Levanto levemente el brazo y regreso los tres últimos minutos de historia. Una habilidad que puedo ejecutar una vez al año y que se lleva un año de mi vida. Borraré mi venganza sobre estos hombres y la repetiré antes que cometan su crimen.
- ¡César! ¡Despertaste! ¿En qué momento?
Dicen mi nombre con cariño y no puedo evitar sonreír ante el perfume de su esperanza. Sin embargo, no puedo esperar a responderles con palabras. El tiempo corre y yo debo hacerlo más rápido que este. Neutralizo la velocidad de los rayos con mis propias armas. Anticipo sus rayos con descargas eléctricas antes de que terminen de atacar. Salto hacia donde se concentran los disparos como lo hizo mi creación minutos atrás, pero genero un campo de fuerza que repele toda esa agresión. Veo abrirse un canal de disparos con la fuerza de un equipo que me respalda y culmina la batalla como quien termina una brutal pesadilla, ocurrida hace muchos años.
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