Mi segundo avance para una cuarta novela (Los olvidados), por Mauro Marino

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Querida comunidad, me resulta grato poder compartirles un nuevo avance de mi cuarta novela. El título que manejaré (por ahora) será Los olvidados: Fines y Reinicios de la Tierra 4. Será una continuación, pero también una nueva propuesta en sí misma.

Espero que sea de vuestro agrado.

III

No lo has pensado, ¿cierto, Barack? Dejaste que ese monstruo te persuada con otra historia. ¿No recuerdas que la última vez te puso en el fuego cruzado de una guerra, te puso la vida de cabeza y te sacó de la historia?

Ahora me vas a decir que fue César. ¿No es cierto? Pero ya deberías saberlo: CÉSAR ES ÉL. ¡Ya sé! ¡Ya sé! No se parece del todo. Pero, ¿no le has visto la misma mirada? Ese saber compartido con falsa generosidad. Ese desdén cuando desenreda tus respuestas, y las mira como un charco que se puede pisar y cambiar por completo. ¿Me escuchas, Barack? ¡Ha venido a reírse de tu ingenuidad otra vez! Te ha devorado como una ballena a un pez globo. Tu veneno le causa picazón, pero al final te termina digiriendo sin que te des cuenta. ¡Ha barrido tu mente como un plumero al polvo! 

¡No se te ocurra cruzar ese portal, Barack! Arriba tu mujer te sigue esperando. Tu mujer y tu hija. Tu paz. ¡Tu retiro, hombre! Vive y sé feliz. Ya no tienes ni qué pensarlo. Vamos. No seas reactivo. Puedes subir esas escaleras y seguir creando tu propia felicidad. ¡Al otro lado no sabes qué podrías encontrar! Todo lo que tienes que hacer es subir y dejar que ese portal desaparezca solo. No hay mucho más que decir. Tú ya sabes que eso es lo mejor.

***

  Esa mañana fue una de las menos tranquilas para el pez globo. Estaba agitado por sus propios pensamientos, al punto de que ellos comenzaron a cobrar una forma y una voz ajena. ¿Era él mismo quien estaba pensando o se trataba de un truco? El portal frente a él no tenía otra guía o indicación que el hecho evidente de que se hizo con el único propósito de que cruce. ¿Lo cumpliría? ¿Era esta duda el comienzo de una nueva aventura? ¿O la aventura seguiría unos escalones arriba, para convertirse en uno de los primeros padres de estos nuevos tiempos?

El cielo nublado más allá de su ventana le trajo memorias de los antiguos resplandores que presenció cuando los exiliados usaban sus habilidades. Pero ese brillo existía especialmente en los talentos más sutiles. La lectura de mente, la regresión mínima del tiempo y la percepción sinestésica eran dones que se encontraban más allá de esa maldita niebla. Eran bendiciones capaces de partir la vida y volverla a armar. 

Esa mañana Barack encendió una nueva luz. El portal desapareció al cruzarlo. La misma casa, las mismas inquietudes y el mismo silencio. El tiempo comenzó a correr de nuevo. Sin embargo, todo lo ocurrido lo sintió como una larga espera de su mujer. Subió casi de bruces, con la esperanza de que lo cambiado no tuviese que ver con ella. 

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