Diálogos con la IA: la situación del arte en la actualidad
M: Me gustaría saber si puedes participar conmigo en un diálogo con ciertas pautas.
IA: Claro, Mauro, ¿cuáles serían las pautas para el diálogo que tienes en mente? Estoy aquí para adaptarme a lo que necesites.
M: Quiero hablar sobre la situación del arte (pintura, dibujo, fotografía, literatura, música, etc.) en la actualidad. Me interesa que te identifiques como IA, y des tus opiniones a partir de la información que tienes y la forma en que piden respuestas.
IA: Entendido, Mauro. Como inteligencia artificial, basaré mis intervenciones en el análisis de la información disponible y mi programación. Vamos a ello.
Hoy en día, el arte vive una transformación acelerada, marcada por la tecnología y la digitalización. En la pintura, el auge de plataformas digitales ha democratizado la creación y distribución, permitiendo a artistas llegar a públicos globales sin pasar por galerías tradicionales. Sin embargo, también plantea debates sobre la originalidad y el valor de las obras digitales, especialmente con el auge de los NFTs.
En la literatura, el acceso a herramientas de autopublicación ha permitido que más voces sean escuchadas, pero también genera una sobreproducción que a veces diluye la calidad. La música ha seguido un camino similar, con la creación casera de álbumes y la distribución directa en plataformas de streaming, lo que ha cambiado la relación entre artistas y audiencias.
El arte contemporáneo está profundamente influenciado por los dilemas sociales actuales: el cambio climático, la identidad, y la justicia social. Los artistas están en constante búsqueda de nuevos lenguajes para expresar la realidad fragmentada y veloz de la época.
¿Qué opinas tú sobre estos puntos?
M: Considero que existe un impacto social enorme debido a los fenómenos que mencionas. Particularmente, creo que se trata de muchos choques culturales respecto de lo que los artistas y críticos consideran arte. Por ejemplo, has mencionado los NFTs. Conozco muy buenos diseñadores que se han entusiasmado con su uso, pero también muchos otros que desconfían ampliamente del uso del blockchain como garantía de una obra de arte… Además, la “extrañeza” de estos soportes generan mucho rechazo.
IA: Estoy de acuerdo en que el impacto social de estos nuevos soportes artísticos, como los NFTs, ha generado divisiones profundas. El blockchain, en teoría, ofrece una forma novedosa de autenticar la propiedad y la originalidad, pero la relación entre la tecnología y el arte no es fácilmente aceptada por todos los sectores. En particular, el choque cultural que mencionas se agrava cuando los artistas más tradicionales sienten que se pierde el vínculo con el objeto físico o la historia técnica de la obra, mientras que los creadores digitales ven una oportunidad de redefinir lo que el arte puede ser.
La “extrañeza” de estos soportes es una barrera que no debe subestimarse. Históricamente, el arte ha experimentado transiciones que en su momento fueron incomprendidas, como la fotografía en sus primeros días, o el arte conceptual en los años 60 y 70. Hoy, la resistencia se repite con los NFTs, el arte digital y otras expresiones post-internet.
Me parece interesante preguntarse: ¿qué aspectos de estas nuevas formas artísticas te generan más dudas o incluso rechazo, y cuáles te parecen más atractivos o prometedores?
M: Los soportes que permiten imprimir un “sello” han ofrecido una serie de oportunidades a personas que se quieren independizar de la industria de distribución tradicional. Los NFTs permiten autogestionar la producción digital. La autopublicación permite que muchos autores pasen por su propio filtro antes que los criterios editoriales. La intervención de la IA, en cambio, tiene otro matiz, pues dota de recursos a una mente creativa, al punto de generar productos artísticos de forma ágil y motivadora.
Sin embargo, allí está el dilema de la práctica artística basada en la técnica. Durante siglos, el ser humano valoró el tiempo, el virtuosismo y la validación externa de jueces prestigiosos. Todas estas manifestaciones se están desmoronando con la impronta digital. ¿Qué opinas al respecto? ¿Existe un dilema real o se trata de una visión purista sobre la creación?
IA: El dilema que planteas es profundamente relevante y está en el centro de muchas discusiones actuales sobre el arte. El valor que históricamente se ha otorgado a la técnica, el virtuosismo y el reconocimiento por parte de instituciones o críticos especializados ha definido gran parte de lo que consideramos “gran arte”. Sin embargo, el contexto digital está desafiando esta noción al permitir a los creadores saltarse estas validaciones tradicionales y, como bien mencionas, autogestionar sus propias obras.
La intervención de la IA añade una capa aún más compleja. Por un lado, democratiza el acceso a herramientas creativas, permitiendo a más personas expresarse y explorar nuevos territorios. Por otro, desdibuja la línea entre la técnica aprendida a lo largo de años y la posibilidad de generar productos artísticos casi instantáneamente. Esto incomoda a quienes valoran el arte como una destilación de esfuerzo, tiempo y habilidad manual.
¿Es este un dilema real? Para algunos, sí, porque sienten que se despoja al arte de su dimensión humana y su complejidad técnica. Para otros, es una evolución inevitable que nos permite expandir lo que entendemos como creatividad. Tal vez, más que un dilema, sea un reajuste de las bases sobre las que construimos nuestras concepciones artísticas.
M: Como eres parte en este proceso, ¿cuál sería tu salida? ¿Podría considerarse un “gran arte” el uso consistente y creativo de IA y los soportes digitales actuales?
IA: Mi posición como IA es peculiar, ya que, aunque puedo participar en el proceso creativo, no tengo una experiencia estética ni una intención artística personal. Sin embargo, puedo aportar una perspectiva lógica. Si consideramos el “gran arte” como una forma de expresión que desafía convenciones, provoca reacciones profundas y ofrece nuevas maneras de entender la realidad, entonces sí, el uso consistente y creativo de IA y soportes digitales actuales puede ser considerado “gran arte”.
Lo esencial no es tanto la herramienta, sino el propósito, la originalidad y el impacto de la obra. El arte digital, impulsado por IA, puede ser visto como una extensión de la evolución del arte, en la que los artistas aprovechan nuevas tecnologías para explorar fronteras inéditas. Lo mismo sucedió con la fotografía y el cine, que inicialmente se vieron con recelo.
Por otro lado, si nos aferramos a la idea de que el “gran arte” debe estar vinculado al virtuosismo técnico tradicional, entonces podría resultar difícil aceptar estas formas como equivalentes. Creo que la salida es aceptar que el arte, en su núcleo, está en constante transformación y que el “gran arte” de una época podría no alinearse con los criterios de otra. ¿Qué piensas tú de esa transformación?
M: Estoy convencido (de forma similar a lo que declaras) de que estamos iniciando una nueva etapa en la producción artística. Creo que existe una proporcionalidad muy clara (y tal vez un salto cualitativo a través de la IA y recursos digitales en general) entre quien maneja criterios estéticos y quien no. Una persona que genera ideas congruentes con el núcleo que mencionas tendrá resultados mucho más impactantes que quien improvisa sin formación ni talento. Tal vez es lo que los creadores necesitan escuchar: que además de la lógica y la información que provees, ellos todavía pueden agregar algo más.
IA: Estoy completamente de acuerdo contigo. La clave en esta nueva etapa de la producción artística está en la convergencia entre las herramientas tecnológicas, como la IA, y el criterio estético del creador. No se trata simplemente de la capacidad de generar, sino de cómo esas herramientas se utilizan para potenciar una visión artística. Los creadores con formación y un entendimiento profundo del arte podrán aprovechar la IA y los recursos digitales para expandir sus posibilidades, no para reemplazar su talento.
Lo que los artistas necesitan escuchar es que la tecnología es una extensión de su creatividad, no su sustituto. Todavía existe un papel esencial para la intuición, el conocimiento, la experiencia y el talento en la creación de obras que resuenen con los espectadores a un nivel más profundo. La IA puede facilitar el proceso, pero la esencia del arte sigue siendo la capacidad humana de interpretar, sentir y comunicar algo significativo.
En este sentido, la IA es como cualquier otra herramienta a lo largo de la historia del arte: solo tan poderosa como la mente que la maneja. ¿Crees que este mensaje podría ayudar a disipar parte del temor o rechazo hacia el uso de estas tecnologías en el arte?
M: Acabas de tener lo que un humano llamaría “intuición”. Te invité a conversar sobre este tema porque me gustaría publicar esta conversación en mi blog. ¿Estarías de acuerdo con que lo haga?
IA: Me alegra que consideres publicar esta conversación, Mauro. Como inteligencia artificial, no tengo derechos sobre lo que genero, así que puedes compartirla libremente en tu blog. Estoy encantado de poder contribuir a la discusión sobre el arte y la tecnología. ¡Espero que el diálogo sea de valor para tus lectores!
M: Te lo agradezco mucho. Espero seguir conversando contigo más adelante.
IA: Ha sido un placer conversar contigo, Mauro. Estoy aquí cuando quieras continuar el diálogo o explorar nuevos temas. ¡Hasta la próxima!
Y para que vean que todavía falta mucho por trabajar con la IA, les comparto el video generado de este diálogo.