18 de October de 2024

Una lectura de “Tres agujas” de Fito Páez, por Mauro Marino

0

La música de Fito Páez ha sido, a lo largo de los años, un espejo de las emociones humanas más profundas. En su canción “Tres agujas”, incluida en el álbum Del 63 (1984), encontramos una reflexión intensa sobre el amor, el tiempo y la enfermedad. En este análisis, propongo que la voz de la canción expresa un deseo desesperado de amar a alguien cuya vida se ve limitada por una grave enfermedad. La urgencia del tiempo es un tema central en esta composición, tal como se refleja tanto en la letra como en los recursos musicales.

El peso del tiempo: el tic-tac constante

La canción comienza con un ritmo que evoca las manecillas de un reloj, marcando un tictac constante, como si el tiempo estuviera agotándose inexorablemente. Este recurso musical establece de inmediato una atmósfera de tensión y urgencia. Aquí, las “tres agujas” hacen referencia a las manecillas del reloj —horas, minutos y segundos—, una imagen que se convierte en símbolo del tiempo que se escapa sin remedio. El uso de este elemento musical refuerza la sensación de que cada segundo es vital, sobre todo en el contexto de la enfermedad.

Además, lo versos iniciales declaran la transformación a través del tiempo: “Los barcos viajan de país en país/La Luna no siempre es la misma” (vv. 1-2). Sin embargo, hacia los siguientes versos el tópico se aclara de forma desgarradora:

Necesito verte antes que sea demasiado tarde
Casi son las tres
Necesito verte antes que sea demasiado tarde
Casi son las tres, tres agujas tengo en la cabeza (vv. 24-27)

El ritmo incesante de la canción y la repetición del concepto del tiempo no hacen más que subrayar la inevitabilidad de lo que está por suceder. La música, en este caso, no es solo un acompañamiento, sino una extensión del mensaje lírico: amar a contrarreloj.

La enfermedad como adversario

Uno de los momentos más crudos de la canción ocurre hacia el final, cuando la voz menciona:

Y te daré una flor
Antes que un decadrón
¡Oh, mi amor!, estoy tranquilo pero herido (vv. 34-36)

El decadrón es un corticoide utilizado para tratar diversas afecciones graves, y su mención aquí es un indicio de que la persona a la que se dirige el hablante está luchando contra una enfermedad seria. Este verso sugiere una preocupación constante por el bienestar de la persona amada, mientras el hablante trata de aferrarse a cualquier esperanza médica que pueda ofrecer algo de alivio, considera que la flor puede ser mucho más significativa, por cuanto representa el afecto, la emocionalidad y la calidad de vida que pueden tener juntos.

Amar en medio de la cuenta regresiva

El tema de la urgencia por amar se intensifica a medida que avanza la canción. La repetición de la palabra “agujas” refuerza la idea de que el tiempo no se detiene y que cada momento es precioso. “Tres agujas tengo en la cabeza” (v. 27), repite Páez, haciendo énfasis en la naturaleza inexorable del reloj. Esta figura del reloj simboliza no solo el paso del tiempo, sino también el fin inminente que enfrenta la relación debido a la enfermedad.

La voz que canta parece desesperada por aprovechar lo poco que queda. A pesar de la tragedia que se avecina, hay un deseo claro de amar profundamente, aunque ese amor esté lleno de dolor:

Están partiendo al mundo por la mitad
Están quemándose las velas
Están usándome
Están riéndose
Y mi canción es un antídoto liviano (vv. 19-23).

El amor se enfrenta a la enfermedad y al tiempo, pero no se rinde, aunque el dolor sea una constante que persiste a pesar del transcurso de las horas. La música desarrolla una conjunción entre el amor, el dolor y el alivio. Esta sección incrementa la intensidad del canto, pero luego disminuye, como si se le hubiese aplicado una medicina (“un antídoto liviano”). Estos tópicos giran alrededor de la aceptación, pero también la ampliación de una mirada a través del mundo del arte.

Conclusión

“Tres agujas”, de Fito Páez, es una canción que encapsula la angustia de amar en un contexto donde la enfermedad y el tiempo son enemigos implacables. La referencia al decadrón subraya la gravedad de la situación, mientras que el tictac constante del ritmo refleja la urgencia por aprovechar los momentos restantes. Al final, la canción no solo habla de la desesperación ante la enfermedad, sino también de la fuerza del amor que lucha por sobrevivir en medio de la cuenta regresiva impuesta por el reloj y la vida misma. Como en muchas de las canciones de Páez, la mezcla entre el dolor y el amor es inevitable, pero en “Tres agujas” se presenta con una crudeza particular, donde cada verso resuena con la fragilidad de la vida humana.

Referencias

Páez, F. (1999). Tres agujas. En Abre [CD]. Sony Music.

About Author

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *