El mejor cuento del mundo y otros microrrelatos
Mauro Marino ha logrado establecer una especie de cierre circular en las historias que trabajan diferentes temáticas, pero siempre ancladas bajo las emociones, esperanzas y desesperanzas de la condición humana. Destacan, principalmente, algunos cuentos que fueron premiados en algunos certámenes académicos o que tuvieron la oportunidad de ser publicados de manera independiente en diversos espacios. De ahí es que este libro de microrrelatos reúne la esencia de la calidad literaria de su autor: la brevedad, la palabra precisa, le historia bien contada. Mauro Marino, con este libro, reafirma su calidad como escritor, una calidad que ha ganado con esfuerzo y que mantiene con altura a través de publicaciones como esta, una verdadera muestra de microrrelatos bien elaborados y, sobre todo, sugerentes en su narración y fuerza literaria.
Luis Miguel Cangalaya Sevillano
El mejor cuento del mundo y otros microrrelatos
Publisher: Independently published (April 1, 2018)
Language: Spanish
ISBN-10: 1980713790
ISBN-13: 978-1980713791
Sitio Web: https://www.amazon.com/gp/product/1980713790/ref=dbs_a_def_rwt_hsch_vapi_tpbk_p1_i2
El mejor cuento del mundo
Un escritor desconocido, pero absurdamente talentoso, se propuso escribir el mejor cuento del mundo. Para conseguirlo, estudió la más alta filosofía de todos los tiempos. Se embriagó con el opio del pueblo para comprender las nuevas tendencias. Guardó silencio en cada lugar público, con la esperanza de escuchar las voces interiores (o del universo) que inspirasen su inefable trabajo. Sintió vergüenza ajena de la gente que disfrutaba de una felicidad sencilla y procuró no juzgarla por compasión; aunque en secreto temía los peligros del karma.
Al cabo de varias décadas, finalmente pudo escribir su anhelada historia. La creó naturalmente -una mañana en la que evadía alguna responsabilidad- lo cual coronó su dignísima travesura. Para presentar su propuesta, pensó en un concurso literario, pero temió que le roben la idea. Lo mismo pasó con las revistas. Trató de postular a una antología, pero todas estaban con publicación cerrada.
Por estos y otros motivos, gastó todo su dinero en un único tomo, cuya perla fue ese maravilloso relato. Sin embargo, las librerías no registraron ventas ni gratitud. Necesitaba prestigio antes de escribir la gran obra y no al revés. Pero ni el talento, ni la filosofía, ni el opio del pueblo, ni las voces propias, ni las voces del universo, ni la vergüenza ni el karma le dijeron eso. Solo su mujer consiguió unas monedas de los compradores de libros por kilo; estos, por su parte, hallaron cierta ganancia de dos librerías vetustas; y estas otras -muchos años después- de un coleccionista artero, cuando encontró la edición príncipe de una obra magistral, financiada y firmada por su propio autor: un escritor loco que acabó con su propia vida al tratar de hacerse famoso, célebre y adinerado publicando el mejor cuento del mundo.
El gusano reseñista
El gusano recogió su cuaderno de anotaciones, agregó tinta a su pluma y escribió con habitual inspiración:
“He recorrido cada extremo de esta manzana y no deja de decepcionarme. Su cáscara rojiza promete mucho; pero le falta corazón y pulpa. Prisión anodina. Falta de jugo en el fondo. Vitaminas huecas. ¡Ni siquiera tiene gajos! En resumen, nada de nada”.
Esa manzana indigna fue recogida por un agricultor ignorante. Un muchacho distraído la escogió en el mercado y el contenido de esa pieza fallida acabó en el pastel de un conocido restaurante. Un crítico culinario, con solo veinte años de experiencia y cinco premios en su haber, probó peregrinamente la pieza que lo llevó a escribir una insulsa nota sobre la frescura y calidad de los ingredientes. La especie humana cayó en su embuste y ahora todos buscan abrir la manzana para ver su interior; cuando la forma correcta es preguntar a un gusano reseñista que ostenta su mal juzgada sabiduría y cobra por ser consultado sobre manzanas no profanadas.