Una lectura de “La vida me sabe a nada” de Pedro Suarez Vertiz

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Análisis crítico de “La vida me sabe a nada” de Pedro Suárez-Vértiz: Reflexión sobre el vacío, la autonomía y la liberación emocional

“La vida me sabe a nada”, una canción de Pedro Suárez-Vértiz, presenta un mensaje que habla de desilusión, vacío existencial y, a la vez, liberación emocional. A través de una estructura lírica repetitiva pero cargada de significado, el protagonista expresa una desconexión con el pasado y un control sobre su propia felicidad, lo que plantea una reflexión sobre las relaciones humanas y el autodescubrimiento. Este análisis busca desentrañar el significado profundo de la canción, empleando el storytelling, el estudio de caso, la retórica y la semiótica, ampliando la comprensión de cómo estas técnicas aportan a su mensaje general.

Storytelling: Un viaje hacia la liberación personal

La narrativa de “La vida me sabe a nada” no sigue una estructura clásica de historia con un comienzo, desarrollo y final definidos, sino que se construye a partir de la repetición de un mantra existencial. La canción, desde su primera línea, presenta a un protagonista que ha tomado una decisión irrevocable:

“Nomás me sigues por pensar / Que al estar bien, olvidaré tu mal.”

Este verso marca el inicio de un proceso de ruptura emocional y distancia psicológica. El uso de la palabra “nomás” (solo) establece el tono de resignación ante la insistencia de una figura que intenta mantener algún tipo de control o conexión con el protagonista. En el storytelling de la canción, el oyente es llevado a través de una serie de momentos de reafirmación personal, donde la voz poética decide romper los lazos tóxicos de una relación dañina.

La narrativa refuerza su independencia en frases como:

“Mi alegría ahora la manejo yo / Y es que el miedo ya no me ruboriza.”

Aquí, se consolida un sentido de autonomía emocional. El protagonista deja claro que su bienestar ya no está sujeto a los influjo externos, como lo sugiere la referencia a no ruborizarse ante el miedo. En este punto, la canción nos presenta a alguien que ha pasado por una transformación interna significativa, en la que la nada ya no es vista como negativa, sino como un estado de equilibrio.

Retórica: La utilización de la nada como un recurso de resignificación

Uno de los aspectos más interesantes de la canción es el uso de la retórica de la nada como una estrategia para resignificar el vacío existencial. La repetición de la frase:

“La vida me sabe a nada / Y la nada me sabe bien”

es una contradicción aparente que lleva al oyente a cuestionar qué significa realmente sentirse vacío. En términos retóricos, la canción juega con el concepto de que la nada no es necesariamente algo negativo, sino un estado que, en este caso, permite el control emocional y la paz interior. Este uso del oxímoron (vida y nada) resalta la habilidad de la canción para trabajar con conceptos opuestos y mostrar que lo que en principio parece un vacío, en realidad es un espacio de liberación.

La retórica de la canción también apela a una sensación de resiliencia frente al dolor. Al afirmar repetidamente que la vida “sabe a nada”, el protagonista establece un contraste entre las expectativas sociales de lo que debería significar estar vivo y su experiencia personal de desilusión y desconexión. Sin embargo, esta misma “nada” se convierte en un espacio positivo, donde el individuo encuentra consuelo, rompiendo las ataduras emocionales con el pasado.

El uso de frases como:

“No me encantes con caras de bienvenida”

introduce una retórica defensiva, donde el protagonista advierte a la otra persona que no será engañado o seducido nuevamente. Este ethos de autodeterminación refuerza la independencia que busca proyectar la voz poética, lo que refleja una batalla ganada contra la manipulación emocional.

Semiótica: La resignificación del vacío y la vida

En términos semióticos, “La vida me sabe a nada” juega con los símbolos de la vida y la nada para crear un espacio de reinterpretación existencial. La vida, generalmente asociada con el significado, el propósito y la emoción, aquí se resignifica como un vacío emocional. Sin embargo, el protagonista no expresa angustia ante este vacío, sino una aceptación liberadora. De hecho, la frase “y la nada me sabe bien” transforma la nada en algo deseable, en un estado de bienestar.

Según Bauman (2000), en las sociedades contemporáneas, el vacío y la sensación de que la vida carece de significado son comunes en un mundo marcado por la modernidad líquida, donde las relaciones y los valores son fugaces. En esta canción, Pedro Suárez-Vértiz parece abordar esta problemática cultural y darle una vuelta: el protagonista se apropia de la nada y la convierte en su fuente de estabilidad emocional. En lugar de buscar llenar ese vacío, lo acepta como una forma de existencia consciente.

El significado semiótico de la frase “la vida me sabe a nada” cambia a lo largo de la canción. En un principio, puede parecer una declaración de desesperanza o aburrimiento existencial, pero a medida que el protagonista profundiza en su narrativa, el sentido de la nada se transforma en un estado de serenidad. Este proceso de resignificación es esencial para comprender el mensaje de la canción, que no busca presentar un vacío trágico, sino una liberación emocional del peso de las expectativas y las relaciones tóxicas.

Estudio de caso: Pedro Suárez-Vértiz y la lucha por el control personal

Para comprender mejor “La vida me sabe a nada”, es útil contextualizar la canción en la carrera y la vida de Pedro Suárez-Vértiz. A lo largo de su trayectoria, Suárez-Vértiz ha sido conocido por componer canciones que combinan una reflexión personal con temas universales. Muchas de sus composiciones exploran temas como el amor, la desilusión y la identidad, que conectan con su propia búsqueda de significado en la vida.

En entrevistas, Suárez-Vértiz ha expresado su interés por temas filosóficos y su constante reflexión sobre la vida y la muerte. Esta canción puede verse como parte de esa reflexión más amplia, en la que el artista explora la posibilidad de encontrar paz en la aceptación de la nada como una forma de evitar el sufrimiento y las ataduras emocionales. En este sentido, la canción no solo es una expresión personal, sino también un comentario social sobre la lucha por el control emocional en un mundo lleno de expectativas y decepciones.

Desentrañamiento del significado: ¿Qué es la nada?

El verso “la vida me sabe a nada” presenta una idea clave: la vida, cuando se despoja de sus expectativas, de sus cargas emocionales y del dolor, puede parecer vacía, pero esa “nada” puede ser reconfortante. La canción invita al oyente a reinterpretar lo que significa estar en contacto con uno mismo y asumir el control sobre su bienestar. En lugar de buscar satisfacción en los demás o en circunstancias externas, el protagonista encuentra un sentido de paz en la ausencia de deseo o conflicto.

La afirmación de que “la nada me sabe bien” es, en última instancia, una declaración de empoderamiento. El vacío no es el final de la experiencia humana, sino el espacio donde el protagonista puede reconstruirse sin ser influenciado por el miedo, el dolor o el desengaño.

Conclusión

“La vida me sabe a nada” de Pedro Suárez-Vértiz es una canción que, a través de su lírica repetitiva y su estructura sencilla, logra transmitir un mensaje profundo sobre la liberación emocional y la resignificación del vacío existencial. Mediante el uso de retórica, semiótica y un storytelling que refleja la lucha interna por el control personal, la canción desafía al oyente a repensar el significado de la nada en sus propias vidas. La nada no es vista como un estado de desesperación, sino como un refugio donde es posible alcanzar la paz y la autonomía emocional.

Referencias

Bauman, Z. (2000). Liquid modernity. Polity Press.

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