Reseña de “Talis”, una novela de Erik Fernández Pozo (Perú)
Querida comunidad, en esta oportunidad, me gustaría compartirles unas palabras sobre Talis, primera novela del autor peruano Erik Fernández Pozo. Un trabajo que, a pesar de tratarse de un trabajo liminar en el género literario, se trata de un importante hito en una carrera narrativa que ya ha superado el umbral de denominarse como una promesa. Muestra de ello es la mención honrosa de la 8va Bienal de Cuento Infantil ICPNA 2018 por su destacado libro El niño que quería creer en la magia; además del primer premio en la categoría cuento libre en la I Bienal de Narrativa Vitaqura, en homenaje al escritor José María Arguedas, con su relato «La otra Maritza».
En el caso de Talis, publicado por la editorial Maquinaciones, es un digno recojo de las cosechas previas. Pero además, permite un cómodo y atrayente direccionamiento del diálogo, en el que se evidencian las disquisiciones y cuestionamientos más íntimos de sus personajes. Andrés es un autor acaba de publicar su primera novela en medio de carencias materiales, incertidumbre sobre el futuro, encierro voluntario e intentos de desapego emocional con las personas más cercanas. En ese trance, lo aborda un inmortal sin nombre, cuya denominación en nombre clave es el título de la novela. Esta contraparte le ofrece formar parte de su grupo, con la condición de que su trabajo y obra sean exclusivos para ellos. Sin embargo, lejos de aceptar inmediatamente, se desata una discusión ágil e inteligente que abarca la amplitud de las grandes disyuntivas de la humanidad, el manejo emocional de los interlocutores y una inmersión que resulta adictiva para los lectores. Por otra parte, la novela se acompaña por un doble paralelismo que marca la vida pasada del inmortal y la vida amorosa de Andrés. Ambos resultan consistentes para establecer los límites de la racionalidad, y lo que termina por hacer consistente la decisión de Andrés.
Talis es una interpelación permanente. Una novela que arriesga en una extensión de más de 200 páginas lo que muchos escritores temerían contar por falta de conocimientos y experiencia de vida. El encuentro entre Andrés y Talis es implacable, pero hermoso. Pone a prueba los postulados sobre el miedo a la muerte, la inmortalidad, la obsesión y el autoconvencimiento en un pequeño recinto a base de café, lucidez y emocionalidad cruda. Por ello, invito a todos los lectores a que se dejen llevar por las disquisiciones y cuestionamientos de esta extraordinaria obra.
Finalmente, les comparto la presentación del 8 de noviembre último.