Parásitos (2019): La amarga comedia de la desigualdad y la tragedia de los sueños rotos

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Parásitos (Gisaengchung), dirigida por Bong Joon-ho y ganadora de la Palma de Oro en Cannes 2019 y el Premio Óscar a Mejor Película en 2020, es una de las obras más innovadoras y mordaces del cine contemporáneo. La película desvela las realidades de la desigualdad social a través de una historia cargada de humor negro, suspenso y tragedia, donde dos familias de clases opuestas en la sociedad surcoreana —los Kim y los Park— son retratadas con un realismo impactante y un simbolismo inquietante. Bong Joon-ho invita al espectador a sumergirse en un juego de apariencias y simulación donde la tensión entre ambos mundos se despliega lentamente, transformando una simple farsa en una crítica social desgarradora.

La Trama: Una Historia de Supervivencia y Ambición

La historia comienza en un pequeño y húmedo semisótano donde la familia Kim sobrevive a duras penas. Desde el primer plano, Bong Joon-ho nos muestra la precariedad de su situación: un sótano oscuro que simboliza su estatus social, casi enterrado en el subsuelo de la ciudad. Los Kim —compuestos por el padre Ki-taek, la madre Chung-sook, el hijo Ki-woo y la hija Ki-jung— están desempleados y sueñan con una vida mejor. “Si tuviera ese dinero, yo también sería amable”, dice Ki-taek, el padre, señalando que la bondad y la cortesía de la clase alta dependen, en última instancia, de su comodidad económica (Bong, 2019).

La oportunidad llega cuando Ki-woo, el hijo, consigue un trabajo como tutor de inglés para la hija de los Park, una familia rica que vive en una mansión moderna diseñada por un arquitecto famoso. A partir de este momento, los Kim, con ingenio y astucia, comienzan a infiltrarse en la vida de los Park, sustituyendo al personal doméstico e instalándose como “parásitos” en su opulenta existencia. Sin embargo, esta aparente comedia de engaños da un giro oscuro cuando los Kim descubren un secreto en el sótano de la casa de los Park: un hombre llamado Geun-sae, el esposo de la anterior ama de llaves, ha estado viviendo en el sótano por años, oculto en la penumbra de la opulencia que los rodea.

La Estratificación Social y los Símbolos de Clase

A lo largo de la película, Bong utiliza la casa de los Park como un microcosmos de la sociedad, donde cada nivel físico de la casa representa un estrato social. Los Kim ascienden desde su semisótano hasta la mansión de los Park, buscando una vida mejor, pero el descubrimiento del sótano oculto revela la verdadera jerarquía: siempre hay alguien “más abajo”. Este sótano, en palabras de Bong (2019), es un “reflejo sombrío de la desigualdad que subyace en la estructura de la sociedad” (Bong, 2020, p. 105).

Las barreras invisibles entre las clases se evidencian en el lenguaje, los gestos y, especialmente, el olfato. Los Park, en particular el padre Dong-ik, perciben un “olor a sótano” en los Kim, un olor que los delata como personas “de abajo”. Esta distinción olfativa representa la imposibilidad de los Kim de escapar realmente de su clase social, sin importar cuán cerca logren acercarse al estilo de vida de los ricos. La escena final, en la que Ki-taek mata a Dong-ik en un arrebato de frustración y odio, es el clímax de esta tensión: un acto de desesperación que simboliza la rebelión final contra una estructura que lo mantiene atrapado en la pobreza.

Repercusión Cultural y Éxito Global

El impacto cultural de Parásitos ha sido profundo y global, especialmente al convertirse en la primera película no hablada en inglés en ganar el Premio Óscar a Mejor Película. Este logro destacó la capacidad del cine surcoreano para resonar más allá de sus fronteras y sensibilizar al mundo entero sobre la cuestión de la desigualdad social. Con su crítica universal a las diferencias de clase, Parásitos no solo se convirtió en un fenómeno cinematográfico, sino también en un referente de conversación sobre el capitalismo y la pobreza, especialmente relevante en el contexto contemporáneo.

La película también tuvo un efecto inusual en la forma en que se consumen las películas extranjeras. Tras su éxito en los Óscares, la película impulsó el interés por el cine internacional en plataformas de streaming y abrió el camino para que los subtítulos fueran “aceptables” para muchos espectadores. Como afirmó Bong Joon-ho en su discurso en los Globos de Oro, “una vez que superen la barrera de los subtítulos, serán introducidos a un mundo mucho más grande” (Bong, 2020, p. 67).

Parásitos también influyó en las representaciones de la desigualdad social en los medios y en las conversaciones sobre justicia económica y privilegio en el mundo. En Corea del Sur, la película tocó un nervio en la sociedad, reflejando la creciente disparidad entre ricos y pobres, y el resentimiento de las generaciones más jóvenes, atrapadas en la inseguridad laboral y la precariedad habitacional. El “sótano” de Parásitos se ha convertido en un símbolo universal de la “clase oculta”, aquellos cuyas vidas están al margen de la riqueza y la comodidad, condenados a un submundo sin salida.

Reconocimientos y Calificación

Parásitos fue aclamada en festivales de cine y galardonada con la Palma de Oro en Cannes, donde se convirtió en la primera película surcoreana en ganar el máximo honor. En los Premios Óscar de 2020, hizo historia al ganar en cuatro categorías: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guion Original y Mejor Película Internacional (Academy of Motion Picture Arts and Sciences, 2020). Este triunfo, ampliamente celebrado, fue visto como un avance cultural para el cine no angloparlante, consolidando a Bong Joon-ho como una de las voces más influyentes del cine global contemporáneo.

La recepción crítica de la película ha sido abrumadoramente positiva, recibiendo elogios por su guion, dirección y la habilidad de Bong Joon-ho para mezclar géneros. La crítica Manohla Dargis del New York Times destacó cómo Parásitos “logra ser profundamente local y universal a la vez” (Dargis, 2019), mientras que Justin Chang de Los Angeles Times la describió como “una obra maestra tragicómica sobre el sistema en el que todos estamos atrapados” (Chang, 2019).

Conclusión: Una Sátira de la Desigualdad en Clave Trágica

Parásitos no solo es una obra de cine magistral, sino también un reflejo del estado actual de nuestra sociedad, donde los sueños de ascenso social chocan con las barreras invisibles de clase. Bong Joon-ho utiliza la casa de los Park como un símbolo de la distancia insalvable que existe entre los que tienen y los que desean tener, y la tragedia de los Kim nos recuerda el costo humano de esta lucha. La mezcla de géneros —comedia, drama, suspenso y horror— es tan fluida que convierte a Parásitos en una obra inclasificable, donde cada escena y cada palabra está llena de significado y resonancia emocional.

Con una narrativa sólida, un simbolismo profundo y una estética impresionante, Parásitos ha dejado una huella duradera en la cultura global, tanto en el cine como en la conversación sobre la justicia social. Bong Joon-ho nos recuerda que, en una sociedad estratificada, los sueños de los más desfavorecidos pueden convertirse en pesadillas, y la promesa del éxito puede resultar en un precio demasiado alto. En palabras de Ki-taek, “El mejor plan es no hacer planes, porque nunca fallan” (Bong, 2019), una reflexión sombría sobre la inevitabilidad del destino en una sociedad dividida.

Referencias

  • Academy of Motion Picture Arts and Sciences. (2020). 92nd Academy Awards Winners and History. Academy Awards. https://www.oscars.org/
  • Bong, J. (Director). (2019). Parásitos [Film]. CJ Entertainment.
  • Chang, J. (2019). Review: Bong Joon Ho’s “Parasite” is a perfect parable for our age of inequality. Los Angeles Times. https://www.latimes.com/
  • Dargis, M. (2019). “Parasite” Review: The Lower Depths Rise With a Vengeance. The New York Times. https://www.nytimes.com/
  • Bong, J. (2020). La experiencia Parásitos. HarperCollins

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